Las candelas bendecidas

De Atlas Etnográfico de Vasconia
Saltar a: navegación, buscar

Otro de los elementos con virtualidad de proteger del rayo la casa o la borda era la vela o candela que había recibido la bendición en la iglesia el día 2 de febrero, fiesta de la Candelaria, o al día siguiente en la festividad de San Blas. También era bendita la vela que había iluminado al Santo Sacramento el día de Jueves Santo.

En Urkabustaiz (A) cuando se avecinaba la tormenta en algunas casas tenían la costumbre de encender la vela del Jueves Santo o del día de las Candelas.

Los pastores de Gorbea-Zeanuri (B) cuando estaban en la chabola y había tormenta, para protegerse del rayo, solían encender una vela bendecida el día de la Candelaria; además se arrojaba sal al fuego. En Sollube (B) mantenían esta misma práctica.

En Astigarraga (G), hasta tiempos todavía recientes se encendía una vela diciendo: «Aita Santa Barbarakoa, Jesús». Con ello quedaba protegida del rayo toda la casa y sus habitantes, personas y animales. También en Berastegi (G) para proteger a los animales del rayo se encendía una vela.

En Arraioz (N) se enciende la vela bendecida el día de San Blas, San Blas eguneko kandela, o el día de Jueves Santo, Ostegun Saindua. Es un rito que las informantes han conocido desde niñas y que se sigue practicando, incluso por las mujeres más jóvenes de la casa.

En las Améscoas (N) en tiempo de tormentas o de grandes nevadas, las mujeres de los pastores de la Sierra de Urbasa encendían la vela que había alumbrado el Monumento en el Jueves Santo[1].

En Elosua (G) los pastores y ganaderos enviaban una vela a la ermita de Santutxu para la protección del pedrisco y la buena suerte del ganado.


 
  1. Luciano LAPUENTE. «Sierra de Urbasa» in Navarra. Temas de Cultura Popular. Nº 211. Pamplona, s.a., p. 27.