Vertiente mediterránea
En el área mediterránea escasean los pastos frescos constituidos por gramíneas por lo que las ovejas se alimentan con diversas plantas de porte herbáceo o arbustivo. También aprovechan los barbechos y los márgenes no sembrados además de los rastrojos y las espigas que quedan en el suelo tras la cosecha.
En Moreda (A) los pastos del comunero están formados por restos de grano y paja y por hierbas y arbustos de monte bajo y terrenos baldíos o yecos. De esta forma la alimentación es beneficiosa para las ovejas ya que alternan los tipos de comida. La mayor parte de los pastos están formados por los rastrojos procedentes de los labrantíos que cultivan en este monte vecinos de Elvillar. En ellos las ovejas encuentran paja y granos caídos. Si llueve un buen chaparrón crece abundante hierba, en especial un tipo denominado cordón que gusta mucho al ganado y les proporciona un excelente alimento. Otras hierbas o plantas que come son la carrigüela, los lechoncinos y la hierba pande pájaro, que es fina y crece en carasoles y ribazos. También pastan moyines, cardos, la hierba pande que sale entrepuñones, los chaparros de yecos y ribazos, moras de las matas y hojas de ramas de robles rastreros. Se considera que es bueno que pasten tanto en rastrojos como en ribazos, para que cambien de alimento. Cuando en las zonas de labrantío siembran girasol en vez de cereales (trigo o cebada) dejan de ser útiles para que paste el ganado lanar.
En Pipaón (A) las ovejas se alimentaban de hierba y barbecho en campo bajo. En Treviño (A) las lachas pastan en los prados y en monte alto mientras que las merinas lo hacen en los barbechos y en monte bajo.
Según un pastor de Lodosa (N) el pasto de la Ribera es duro, grueso y áspero por lo que a las ovejas les cuesta más comerlo. Opina que cambiándolas todos los días de sitio se alimentan mejor. Según otro el de la Ribera es bastante bueno porque también comen algo de grano, el del puerto en cambio es más fino pero carece de éste. Si las ovejas que salen a pacer comen lo suficiente no reciben más alimento en el corral, pero si en el campo no encuentran lo necesario se les suministra un complemento. Recuerda un pastor de esta localidad que estuvo en la montaña de Soria que allí se sembraba la mitad de la tierra y la otra mitad, no; en la Ribera, al cultivarse toda su superficie, estos animales se ven obligados a buscar los trozos que se dejan sin sembrar.
En Allo (N) se asegura que la oveja churra es poco exigente y se conforma con que no le falte pasto, aunque la hierba no sea abundante.
En las Bardenas (N) las mejores zonas son El Plano y La Plana de la Negra. El primer pasto que comían al entrar en septiembre, después de la cosecha, era la espiga. En tiempos pasados en que se labraba con mulas, crecían lechacinos y garrotillas en los barbechos y por eso se las solía llevar más a éstos que a los rastrojos. Después, cuando bajaban miles y miles de cabezas de ganado, estos pastos resultaban escasos y entonces estaban obligadas a comer arbustos de ladera como sisallos, romeros y espartos.
En las Bardenas en invierno, de diciembre a enero, los pastores acudían a las zonas de regadío en el momento en que se cosechaba el maíz en pueblos como Cortes o Tudela para que las ovejas comiesen este cereal. Luego regresaban a las Bardenas para aprovechar la hierba que crecía en primavera, si había llovido. Cuando no la había, tenían que comer lo que encontrasen. Cada vez crece menos debido a los herbicidas que usan los agricultores que cultivan cereales. En el caso de los pocos rebaños que quedaban y quedan en las Bardenas durante los meses de diciembre y enero, ha sido habitual darles maíz antes de salir del corral; ahora esta práctica se ha generalizado durante todo el año ya que crían hasta dos veces y paren a lo largo de todo él. Junto al maíz se les podía dar alfalfa, cebada (en septiembre y octubre), habas, centeno, trigo y arveja (una legumbre parecida al garbanzo y mayor que la lenteja), si bien el más habitual era el primero de los cereales citados, debido a la escasez de pasto.
En Mélida (N) si las ovejas se llevan por septiembre a las Bardenas suelen alimentarse principalmente de la espiga y el resto del tiempo de hierbín y de lo que consiguen. El pastor puede permanecer con las ovejas todo el año en las corralizas del pueblo ya que les da de comer soja, remolacha, maíz, alfalfa, etc. A estos productos, que son cultivados por los agricultores o colonos, sólo puede acceder el ganado una vez que los campos han sido cosechados. A la alfalfa les está permitido entrar en octubre o noviembre y permanecer hasta el diez de febrero, momento en que se veda para el ganado. El maíz no tiene límites, se empieza a cosechar en noviembre (aunque también depende del tiempo, si llueve mucho puede que se llegue a febrero sin recogerlo) y desde entonces entran las ovejas a comer. Dentro de las corralizas había campos llamados vagos en los que pastaban todo el año porque no se sembraban; en ellos comían hierbín, su alimento preferido. Antes de abandonar el corral el pastor daba cebada a las que estaban criando, pero si el pasto del campo era bueno no les suministraba nada.