Razas de la vertiente mediterránea

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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En el área de transición entre la vertiente cantábrica y la mediterránea y en la de clara influencia mediterránea se han criado ovejas de razas diferentes a las anteriores, destacando las churras y merinas. Conviene tener en cuenta que al menos en el territorio navarro los pastores reúnen bajo la denominación de raza churra a prácticamente todo aquel ganado ovino que no sea de raza lacha[1].

Convivencia de lachas, churras y merinas

En las siguientes localidades la lacha se ha criado junto a las razas churra y merina o al menos con una de ellas.

En Berganzo (A) se crían churras, merinas, lachas y alguna burda, siendo las más abundantes las segundas. En Pipaón (A) en la actualidad ya no quedan ovejas pero hasta los años 1960-65 se criaban lachas, merinas y churras.

En Agurain (A) y Mélida (N) hay lachas y merinas. En Apodaca (A) sólo unos pocos pastores tienen lachas, los restantes merinas y churras.

En Eugi (N) son tres las más conocidas: las lachas, ardi latxa, que son las más comunes, con lana muy larga y extremidades finas y negras; otras conocidas como ardi pirrita que tienen el pelo largo pero más corto que las lachas (tanto las unas como las otras son muy apropiadas para andar por el monte); y las merinas, ardi marina, que tienen la lana muy suave.

Como se constata a continuación estas razas de ovejas han convivido ocupando medios diferentes.

En Ultzama (N) se conocen tres tipos de ovejas: la merina, ardi mariña, que tiene lana corta y fina. Procede de la Ribera y produce una lana fina y también buena carne, pero para andar por el monte no resulta tan apropiada como la autóctona. La churra, ardi txurra, que tiene lana larga y fina. Procede igualmente de la Ribera y tampoco es muy adecuada para vivir en los montes de la localidad. Y la lacha, ardi latxa, de pelo largo, con una carne muy buena y, a decir de los informantes, la más apropiada para vivir en los montes.

En el valle de Bernedo (A) las ovejas que se han criado han sido merinas por la calidad de su lana y lachas por su dureza y resistencia a las inclemencias del tiempo. Mientras que las merinas pernoctaban en el establo, las lachas lo hacían en el monte, bajando a casa sólo durante la parición y el tiempo de nieves. Las merinas se llevaban todos los días a casa por ser sensibles al frío y al agua ya que se empapaban. Para ello las apacentaban en las fincas y en los pastos bajos. La merina tenía la ventaja de que daba buena lana, la lacha por el contrario la presentaba de peor calidad; como contrapartida le permitía escurrir el agua de lluvia por lo que no sufría tanto y se adaptaba mejor al monte, lo que permitía mantenerla en la sierra o en Izki. La merina tenía pues dificultades en estos pueblos a pesar del aprecio del que gozaba. También tenían cruce de ambas razas.

En Izurdiaga (N) se han criado ovejas lachas, de patas y morro color café con leche o chocolate y pelo largo y lacio que las protegía del frío y la humedad, resultando unos animales fuertes y adaptados a las duras condiciones de la sierra por lo que se enviaban a Urbasa y Andia. Las churras, que procedían del sur de Navarra y no tenían tanto pelo como las anteriores, eran más delicadas, por lo que pastaban en los comunales del pueblo y no se subían a la sierra.

En las Améscoas (N) la raza predominante es la lacha. A principios del siglo XX y en la actualidad las ovejas que pastan en Urbasa son todas de esta raza, perfectamente adaptada al clima oceánico. Además se explotan en el valle la churra y la merina, si bien hoy dicen que esta última no resulta. La churra se adapta mejor pero es muy reducido su número y sólo pastan en los montes cercanos a los pueblos y en los rastrojos. Ésta se aprovecha para carne, corderos y lana y su pastoreo es distinto al de la lacha ya que el pastor sigue y guía continuamente al rebaño y lo recoge en el corral por las noches. La lacha, por el contrario, pasta libremente en la sierra y el pastor se limita a vigilarla. Sólo reúne el rebaño para el ordeño y en los días de fuerte escarcha cierra las ovejas en el redil o corral durante las primeras horas de la mañana, porque la hierba empapada en agua fría les es perjudicial[2].

En ocasiones unas razas han ido sustituyendo a otras.

En Lezaun (N) se han conocido hasta 22 rebaños de borros, corderos de raza merina que se traían andando de Castilla, en concreto de Cameros y Soria. Tras caparlos se tenían unos cinco años para que engordasen antes de venderlos. Se traía también alguna cordera para que sus crías supliesen las faltas de los que morían antes de venderse. Se destinaban a carne, aunque la lana era su principal riqueza. Comenzaron a desaparecer hacia los años treinta y los últimos lo hicieron hacia 1950. También hubo un par de rebaños de ovejas churras que desaparecieron en la década de los setenta. En los cuarenta se trajeron a la localidad las primeras latxas. Actualmente sólo quedan cuatro rebaños de éstas, habiendo desaparecido churras y merinas.

En el Condado de Treviño (A) las ovejas eran de raza merina, aunque posteriormente dieron paso a las lachas.

Del mismo modo que en el área en la que la lacha ha sido predominante se han intentado adaptar otras razas, en la vertiente mediterránea se ha hecho lo propio con la lacha.

En Valdegovía (A) ha habido fundamentalmente oveja merina, sin embargo en la actualidad se está introduciendo la lacha. Las merinas son más delicadas ya que no resisten el frío ni la lluvia ni las condiciones adversas. No obstante gracias a los cruces cada día son más fuertes. Las lachas están mejor adaptadas al clima de la zona por lo que soportan mejor las estancias al aire libre. Ahora bien, los pastores reconocen que las merinas comen de todo mientras que las lachas, si pueden, son más selectivas.

Por las descripciones anteriores se observa que se han criado ovejas merinas en poblaciones que se incluyen en un área que se corresponde con la descrita por Lefèbvre. Es el caso, con mayor o menor precisión, de las poblaciones alavesas de Agurain, Berganzo, Bernedo, Pipaón, Treviño y Valdegovía. También se ha constatado la crianza de esta raza en Apodaca (A), Améscoa, Eugi y Mélida (N). En Ultzama y Lezaun (N) se especifica que este ganado se traía de tierras más meridionales.

En Moreda (A) se crían en su gran mayoría merinas, alguna chamarita y unas pocas manchegas. Según un pastor de Lanciego (A) la raza pura no es buena ya que el ganado obtenido es más «blando»; en cambio si se cruza resulta más «duro» e incluso vive más. Se considera que las ovejas que nacen negras lo son porque descienden de chamaritas y se asegura que esto puede ocurrir hasta después de varias generaciones. Las ovejas cruzadas con carneros flechas dan una descendencia caracterizada por llevar un tupé en la frente. Dice un pastor que estos animales le resultaban feos por lo que abandonó este tipo de cruce; ahora los efectúa con carneros berlinchones. La raza merina también se criaba en Ribera Alta (A).

En las cuadrillas alavesas de Mendoza y Nanclares tienen ovejas merinas; en Cuartango y Zuya churras, algunas lachas y lachas del Gorbea y en algún tiempo también unas cuantas carranzanas. Las cuadrillas meridionales, es decir, las dos mencionadas en primer lugar, son más apropiadas para las merinas porque pastan en rastrojeras y pastos secos mientras que las de los zuyanos viven en un clima más húmedo donde los pastos son de hierba de prados.

La crianza de ovejas serranas, también citadas por Lefèbvre, sólo se ha constatado en la siguiente localidad.

Ovejas de raza churra. Valderejo (A), 1996. Fuente: Jabier Ortiz, Grupos Etniker Euskalerria.

En Arluzea (A) las ovejas de raza lacha aparecieron según datos escritos en 1862 generalizándose su explotación por habituarse mejor a los climas frescos y húmedos. En ocasiones se criaron merinas, que se acomodaban mejor a los ambientes secos y soleados y a los pastos de los labradíos; sin embargo, dada su vulnerabilidad a mojarse por el tipo de lana que las recubre, enfermaban con más facilidad. En los pueblos de clima más cálido se encontraban otras razas como la serrana. Ésta es una oveja de cara blanca o manchada y lana más fina y corta que la de la lacha lo que le permite adaptarse a condiciones ambientales más húmedas que la merina. Su producción lechera es pobre pero su carne es, según opiniones, la mejor de todas las razas citadas.

Las ovejas que se crían en la siguiente población alavesa también pueden estar relacionadas con las serranas, al menos son fruto del cruce de lachas con merinas.

En Valderejo los informantes hablan de churras, de Burgos y mestizas, si bien se constata que la denominación que los veterinarios plasman en las fichas de estos animales es la de mestizas. Se trata de ovejas con unas características intermedias entre la lacha y la merina, más próxima a la primera que a la segunda, aunque de menor tamaño. Están destinadas a la procreación y posterior venta de sus crías, a excepción de las hembras, que se reservan en su mayor parte para incrementar el rebaño. También se aprovecha su lana, hoy exclusivamente para la venta, si bien en los años anteriores a los sesenta, con parte de la misma se confeccionaban jerseys y escarpines. La leche se aprovechaba durante el periodo de destete para la fabricación de quesos destinados en su mayoría al consumo de la propia familia.

Rasa navarra

En la mayor parte del territorio de Navarra, a excepción de la zona septentrional de influencia cantábrica, la raza predominante ha sido la rasa navarra, conocida también simplemente como rasa. Como ya se indicó anteriormente, se observan entre los pastores discrepancias a la hora de dar nombre a la raza a la que pertenecen sus ovejas. Así, dependiendo de las poblaciones, utilizan diferentes nombres para referirse a animales de características similares. La denominación recopilada con más frecuencia es la de churra, también la de rasa navarra y de roncalesa. Todas ellas se agruparían en la actualidad bajo la de raza navarra. Algunos informantes se han percatado de ello y hacen constar que lo que antes llamaban churra pasó a denominarse después rasa navarra, igualmente se efectúan equiparaciones con la roncalesa, pero otros consideran a churras y rasas variedades diferentes, lo que da una idea de la complejidad del asunto y de la dificultad para abordarlo.

En Allo la oveja que se ha criado y que se sigue manteniendo es la churra por ser la que mejor responde a las condiciones climáticas de la zona: resiste bien el frío del invierno y el calor estival. Además su carne supera en calidad a la de otras razas.

En el Valle de Salazar crían igualmente la churra, también conocida con el nombre de rasa navarra. Se criaba además en Izal, solamente para carne, y en Mélida.

En San Martín de Unx hoy se explota la oveja churra, que se cruza ocasionalmente con oveja de Talavera a fin de que el cordero resultante, que tiene más hueso y la carne de una calidad un poco inferior, «se haga antes». No hay lachas y las poquísimas merinas que existían se quitaron porque su carne era poco apreciada.

Ovejas merinas en Portilla, Zambrana (A), 1998. Fuente: Archivo Fotográfico Labayru Fundazioa: José Ignacio García Muñoz.

En Artajona el ganado lanar que se ha criado es de raza churra[3].

En la Cuenca de Pamplona se han explotado rebaños de raza churra, siendo ésta la principal actividad ganadera[4].

En Roncal se criaba la raza churra y en Isaba había algún rebaño de lacha. Un informante dice que ahora se han mezclado mucho las razas con sementales extranjeros y que la carne resultante no es tan buena como la de antes. Según él, la lacha es mantuda, con cuernos y con una carne seca y basta mientras que la churra es de lana corta y con carne muy fina. También indica que la oveja castellana es la mejor. En la actualidad, en que se atiende más a la producción, las ovejas suelen ser lachas, rasas y churras.

En las Bardenas antes llamaban churra a la raza de oveja que luego pasó a denominarse rasa navarra. En esta zona dicen que los de Otsagabia las llaman también roncalesas. La rasa navarra tiene la peculiaridad de que las ovejas royas muestran una mancha roja detrás de la cabeza y en las patas y si se les quita la lana son rojas. Se trata de una raza autóctona de ovejas muy resistente acostumbrada a la nieve, al agua y al calor. Hace unos años trajeron a la zona mardanos (sementales) de Teruel y de Francia para mezclarlos pero la experiencia no dio resultado.

En Codés la raza de oveja que se cría es la navarra o del Pirineo, que en la localidad se llama roncalesa. Esta oveja, a la que alguno llama también mestiza, es del tipo rasa navarra; una raza de lana larga y lo suficientemente resistente para aclimatarse a la zona. También dicen que es la más celosa para amamantar a sus crías ya que necesita mucho espacio para hacerlo. Presenta una media de unos 40-45 kg de peso. Ha habido intentos de introducir la oveja lacha y la merina, pero sin éxito, y aunque frecuentemente hoy los ganados están muy mezclados con ovejas berrinchonas, francesas, etc., los pastores de la zona optan por la roncalesa sentenciando: «al terreno hay que darle lo que le pertenece».

En Otsagabia se explota la oveja de la tierra, conocida como churra o rasa navarra.

Además de las razas ovinas citadas hasta aquí, en las siguientes poblaciones navarras se observa la importancia de otras razas importadas de áreas más o menos alejadas.

En Sangüesa la mayor parte del ganado ovino era de raza rasa aragonesa, de escasa lana de color blanco, que proporcionaba poca leche y era muy austero en su alimentación. En cada rebaño había solamente unas pocas churras, también llamadas cornudas, una mezcla entre la rasa aragonesa y la merina, generalmente blancas y rara vez negras, de más cuerpo que la anterior raza, más lana y más leche. Escaseaba sobremanera la oveja de raza maella, que se distinguía de las anteriores por sus campanillas o colgantes de carne al inicio del cuello.

En Lodosa uno de los informantes tiene un rebaño compuesto por ovejas merinas, manchegas y navarras. Se diferencian en el pelo y en la cantidad de lana. La manchega es de pata más larga y estrecha; la merina tiene la extremidad más corta y cuartos traseros más redondeados y entre las navarras hay de todo tipo, pero él las tiene intermedias entre las dos anteriores. El rebaño de otro pastor está compuesto por oveja rasa o navarra, Ille de France y romanó. Estas últimas no salen al campo ya que se sofocan. Otro se ocupa de un rebaño de 550 cabezas que él denomina de ganado navarro, éste tiene más lana y es más pequeño y recogido que la oveja de Castilla. Otro ya anciano, procedente de Salazar, se ocupaba en su localidad de origen de un rebaño de 500 a 1.000 ovejas y en Lodosa de unas 200 de las llamadas churras en Roncal y Salazar. Éstas son blancas y con la lana un poco larga. Las de Castilla son más grandes y reciben el nombre de chamaritas.


 
  1. Luis de la TORRE; M.ª Dolores DÍAZ; Carmen URSUA. Enciclopedia de Navarra. Ganadería. Temática IV. Pamplona, 1987, p. 159.
  2. Durante el periodo comprendido entre los siglos XVI y XIX una avalancha de ovejas merinas y churras invadieron todos los veranos las sierras del entorno, quedando marginada la oveja lacha. Este hecho influyó en las explotaciones pastoriles de este valle ya que también en él fue suplantada la lacha por la churra y la merina. Sólo se cuenta con datos estadísticos a partir de 1891. Se refieren a las dos Améscoas, Alta y Baja, y se observa la recuperación de la raza lacha.

    Año Churras Lachas
    1891 3.016 549
    1906 1.311 1.931
    1920 479 1.669
    1935 190 3.521
    1950 180 3.822
    1960 131 6.260
    1971 235 7.426

  3. José M.ª JIMENO JURÍO. «Datos para la etnografía de Artajona» in CEEN, II (1970) p. 13.
  4. Jenaro IRAIZOZ. «La Cuenca» in Navarra. Temas de Cultura Popular. Nº 123 (1971) p. 14.