Complementariedad de la ganadería con otras actividades
En Bernedo y en Ribera Alta (A) los datos recogidos son similares entre sí: la importancia de la ganadería ha sido y es desigual en los pueblos altos y en los bajos. Así en Bernedo, mientras que en los establecimientos humanos localizados en las estribaciones de Izki ocupaba lugar primordial la ganadería, seguida de los aportes provenientes del monte como el carbón y en tercer lugar la agricultura, en los ubicados en el valle de Bernedo el aporte agrícola era tan importante como el ganadero. En Ribera Alta la valoración es semejante: la ganadería ha sido y es fuente importante de riqueza para los pueblos situados en las laderas de las sierras de Árcamo y Badaia. En tiempos pasados se explotaban la vaca y la yegua para la venta de terneros y potros en tanto que hoy en día el interés económico se centra en la cría y venta de terneros. En otros pueblos, como los situados en la vertiente sur de la Sierra de Tuyo, excepción hecha del ganado menor que siempre ha habido, el ganado mayor se ha destinado a las labores del campo. Los tractores rápidamente fueron ocupando el lugar de bueyes y yeguas desde que se inició la mecanización del agro, allá por los años cincuenta. De todas formas no han existido ni existen los ganaderos puros, actividad ganadera y agrícola se complementan. En Lezaun (N) todas las familias tenían algo de ganado si bien teniendo en cuenta que la tierra es mayoritariamente comunal, había casas que vivían de la leña para carbón y del ganado.
En Allo (N) el ganado mayor tuvo gran importancia como animal de carga y tiro en las labores agrícolas, y el ganado menor como contribución al mantenimiento y sostenimiento de la familia hasta que entre finales de los sesenta y principios de los setenta se completó la mecanización del campo. La mejora del nivel de vida fue acabando con los animales de corral que se criaban en casa. Las labores domésticas y la atención al ganado y a los otros animales tenía ocupados a todos los miembros del grupo familiar.
En Tierra de Ayala (A), a comienzos del siglo XX, era raro el vecino poseedor de ganado mayor. Las ovejas y cabras escasearon salvo que se tratara de pastores. Las yeguas y las vacas, también contadas, fueron introduciéndose según avanzaba la centuria. La actividad principal de los caseríos ha sido la agrícola y el número de cabezas de ganado criado ha sido tradicionalmente bajo. Los bueyes y los burros eran utilizados como fuerza de trabajo para el arado y la trilla o como medio de transporte para el traslado de cargas. El ganado menor (gallinas, conejos, palomas, abejas) se criaba para satisfacer las necesidades alimentarias de la casa, vendiendo, en su caso, los excedentes.
En Valdegovía (A) lo normal es que la ganadería sea complementaria de la agricultura si bien hay algunas casas para las que aquélla es primordial; también en Zeanuri (B) anotan que la actividad ganadera era fundamental para algunas familias que vivían en los caseríos situados en zonas altas. En Treviño (A), en ocasiones, el ganado se convierte en la única fuente de ingresos mientras que otras veces sirve de complemento a la actividad agrícola. En Mélida (N) sólo había una media docena de familias para las cuales era vital la buena marcha de la ganadería, para el resto tenía cierta importancia por los ingresos que producía la venta de vacas, leche y terneros. Agricultura y ganadería se complementaban.
En las Encartaciones (B), en los años sesenta, un crecido número de personas del mundo rural se incorporó a los procesos de industrialización de la margen izquierda del Nervión. El trabajo en las empresas no implicó el abandono de las pequeñas explotaciones agropecuarias. A quienes compatibilizan este régimen de trabajo se les denomina «mixtos» por tener una doble fuente de ingresos. Las familias que siguieron viviendo del campo se dedicaron a la explotación intensiva del ganado destinado a la producción lechera y a la recría. También obtenían dinero de la venta de ganado para carne.
En Ezkio (G), hasta los años treinta, ocupó lugar preeminente la agricultura y a partir de entonces le tomó el relevo la ganadería que incluso hoy día conserva su importancia. En los últimos años mucha gente trabaja en talleres de las localidades cercanas de Zumarraga y Ormaiztegi y los ingresos procedentes del trabajo en las fábricas son complementarios de lo obtenido por medio de las labores agrícolaganaderas.
En Anboto-Urkiola (B) las vacas, la leche y los terneros, en la mayoría de los caseríos han sido la base de la economía familiar, ocurriéndoles otro tanto a los pastores con las ovejas. Los productos hortícolas y el ganado menor complementaban también los recursos domésticos. En Fruiz y Urduliz (B) el ganado ha sido fundamental para el sustento doméstico si bien en la posguerra los productos hortícolas fueron más estimados que el ganado. La agricultura y lo obtenido de la huerta eran un complemento de la ganadería. También en Zamudio (B) señalan que el ganado era de gran ayuda tanto por lo que reportaba en numerario como por los productos que de él se obtenían. En Roncal (N) se ha constatado asimismo que el ganado tenía importancia para la casa y en Aoiz (N) el interés se derivaba de que el ganado permitía el mantenimiento de una economía autosuficiente.