III. NOMBRES DE LOS ANIMALES. ABEREEN IZENAK

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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La forma más extendida para referirse a los animales domésticos y, más en concreto, a las reses o ganado mayor en la zona vascófona del país es abere. Los estudiosos vinculan este término con el latino habere, en su acepción de «hacienda» o «bienes», consignado en muc hos de sus derivados con la misma significación de cabeza de ganado mayor o animal de rebaño[1]. Muchos de los modos de nombrar a estos animales adoptan esa forma (abere- o abre-) o la del elemento abel-, que de ella procede. Para la denominación general del ganado también se registran formas cercanas al castellano como ganadu y animaliak.

En consonancia con otras lenguas de nuestro entorno cultural, aberats designa a la persona rica o adinerada, es decir, poseedora de una hacienda considerable. Y precisamente el vocablo «hacienda» ha dado lugar a otro de los nombres del ganado vacuno o lanar de gran extensión en euskera: azienda[2]. De aquí proceden la denominación azienda larri, para el ganado o cabeza de ganado mayor, y azienda xehe, para el menor[3]. Parecida clasificación es la de abere nagusi y abere txiki, que se referieren al ganado mayor[4] y al ganado menor, respectivamente.

También puede ser designado además a través de un color. Abelgorri (abere gorri o azienda gorri) suele referirse al vacuno. Se consignan ejemplos paralelos en castellano, como la expresión vacas royas (Améscoa, San Martín de Unx-N). El término abere beltz está bastante extendido para el porcino.

Dentro de cada tipo de ganado una de las formas de clasificar los animales es la establecida en función de la edad. En lengua vasca los testimonios recogidos en nuestra encuesta indican el gran uso de los compuestos de -eme (hembra) y -ar (macho) para designar a los animales adultos en función de su sexo, frente a las denominaciones con terminación -(k)ume que designan, en general, a las crías que todavía no se encuentran en edad fértil.

Dentro de cada una de las especies, las maneras de nombrar a sus componentes varían mucho en función tanto de la zona, como de la mayor o menor actividad tradicional y ex- plotación que cada tipo de ganado ha ido generando. Llama la atención la profusión de términos que genera la cría de ganado lanar, bovino o de cerda, mientras que son muy limitadas y comunes las expresiones consignadas para el caso de los ánades o los conejos[5].

Los animales salvajes, en contraposición a los domésticos, se denominan en lengua vasca piztiak, a pesar de que este término sea también a veces utilizado de forma expresiva con los animales estabulados. Contrariamente, la palabra basabere puede aludir también al animal en estado salvaje. En algunas zonas de Bizkaia a los animales domésticos en general se les llama patariak. Este grupo de animales se designa kabale[6] (quizá proveniente del bearnés cabale y, por tanto, del latín capitale) en la Vasconia continental. Esta forma, tal y como ha sucedido en algún caso anterior, puede utilizarse en expresiones que indican el grado de fortuna de un propietario.


 
  1. Manuel AGUD; Antonio TOVAR. «Materiales para un diccionario etimológico de la lengua vasca (I)» in Anuario del Seminario de Filología Vasca «Julio de Urquijo», XXII-1 (1988) pp. 282-283.
  2. Manuel AGUD; Antonio TOVAR. «Materiales para un diccionario etimológico de la lengua vasca (V)» in Anuario del Seminario de Filología Vasca «Julio de Urquijo», XXIII-2 (1989) pp. 516-517.
  3. Julio CARO BAROJA. Etnografía histórica de Navarra. Tomo I. Pamplona, 1971, p. 270.
  4. La consideración que este tipo de ganado mayor tenía en el mundo tradicional parece producir fenómenos lingüísticos de gran alcance histórico y semántico, según indica Julio Caro Baroja: «Un rastro muy caracterizado del vascuence de Salazar y del Roncal era el de emplear la palabra gende = gente, para aludir a distinta clase de animales. Así, abregende es el ganado caballar en conjunto; ilagende, el ovino; bilagende, el cabrío; cherrigende, el porcino. Es este un empleo parecido al que hacía ya Virgilio al hablar de caballos y empleando la voz latina gens para expresar la idea de raza en general». Julio CARO BAROJA. Etnografía histórica de Navarra. Tomo I. Pamplona, 1971, p. 270.
  5. Junto con otras propiedades de la casa o la comunidad como la casa misma, las tierras, los montes y montañas, los campos de cultivo, el pan, el vino… son precisamente el ganado ovino y bovino, junto con el perro, el burro o el gato, las propiedades más citadas en estudios realizados sobre recopilaciones del habla popular vasca. Vide Patxi JUARISTI. Ondasunekiko harremanak Justo Mokoroaren Repertorio de locuciones del habla popular vasca esaera bilduman. Leioa, 1995, p. 122. Tesis doctoral inédita.
  6. Manuel AGUD; Antonio TOVAR. «Materiales para un diccionario etimológico de la lengua vasca (VI)» in Anuario del Seminario de Filología Vasca «Julio de Urquijo», XXVII-2 (1993) p. 647.