La miel

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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La miel ha sido de siempre un alimento muy valorado. En épocas pasadas de mayor escasez llegó a ser el único edulcorante. Se le tenía además por un producto energético ideal para ser consumido antes de iniciar tareas duras[1]. Se le atribuían igualmente variadas cualidades medicinales.

En Carranza (B) la miel se ha considerado un excelente alimento, muy apreciado para cuando había que «ir a monte» o realizar trabajos duros. La forma más frecuente de comerla era con torta de borona, a menudo cuando aún estaba caliente. Algunos añadían además mantequilla. En Urduliz (B) se consumía untándola sobre rebanadas de pan o con talo.

En Vasconia continental anteriormente a tener azúcar, o como sustituto de éste, la utilizaban como edulcorante de la leche, el café, los bizcochos y otros alimentos. Cuando los niños regresaban de la escuela se les daba pan o talo untado con miel. También se ofrecía a los que llegaban de visita: sobre la mesa se les ponía el pan con queso, mermelada y miel.

Cuando este producto se consumía directamente del panal, en Carranza recibía el nombre de miel en rama. Se tomaba un trozo y se masticaba, después se escupía la cera. La mejor era la procedente de enjambres que hubiesen entrado a vivir ese año en una colmena, por tener la cera más blanca y limpia. De no disponer de ningún cepo así se buscaban panales que tuviesen la cera lo más reciente posible. Cuando se regalaba miel, costumbre que fue frecuente, primero se ofrecía en rama y después ya filtrada. Para hacer un obsequio de miel en rama se elegían los mejores panales.

En Moreda (A) el panal de miel recién recolectado y listo para comer recibe el nombre de miel de bresca o briesca. Se regalaba a amigos y familiares.

Puesto de miel. Feria de Santa Lucía de Zumarraga (G). Fuente: Antxon Aguirre, Grupos Etniker Euskalerria.

Actualmente se tiene a la miel por un producto natural y saludable y quienes la toman habitualmente alaban exageradamente sus excelencias, considerándola como la panacea contra numerosas enfermedades.

Además del alimentario, la miel ha tenido un uso medicinal. En Carranza tradicionalmente se ha tomado disuelta en leche bien caliente cuando se estaba resfriado o se tenía la garganta mal. Para calmar los ataques de tos también se ha recomendado comer un poco de miel.

En Moreda se tiene como un buen producto para combatir y curar los catarros; basta con edulcorar la leche con una cucharada de miel para que la mejoría se note.

En Vasconia continental siempre se reservaba un tarro de miel para dárselo a quien tuviera ronquera o dolor de garganta. Para ello se tomaba con la leche o el café. Hoy en día también hay quien la guarda para este fin.

En este territorio norpirenaico se les ponía igualmente a los niños que estaban molestos porque les iban a salir los dientes.

Aunque la mayoría de los aficionados a la apicultura obtenían tan poca miel que apenas cubría las necesidades de su familia y de sus amistades, algunos se dedicaban a la venta de este producto, lo que les proporcionaba unos ingresos extras. Del mismo modo hasta nuestras tierras llegaban vendedores de miel de otros lares. Los más afamados eran los mieleros de la Alcarria.


 
  1. Para más información sobre los usos de la miel consúltese el capítulo «Preparación de las comidas domésticas» en el tomo dedicado a la Alimentación Doméstica en Vasconia. Atlas Etnográfico de Vasconia. Bilbao, 1990, pp. 340-342.