Mélida
Los corrales para guardar el ganado forman parte de las corralizas donde pastan las ovejas durante todo el año.
Están edificados con piedras y maderas, la cubierta es de teja. Constan de dos zonas: un cubierto, donde «se gobiernan las ovejas» que han parido juntamente con los corderos, y un serenado a cielo abierto donde permanecen las restantes.
Algunos pastores marcaban las ovejas con una señal de distinto color para distinguirlas; se ponían a la puerta del corral y según el color que tuvieran las mandaban a los distintos apartados o pariciones del cubierto, hechos de vallas de madera; uno para las recién paridas, otros para las que llevaran más tiempo paridas, etc.
En tiempos pasados dentro del corral se ubicaba la cabaña del pastor donde éste pernoctaba. Hoy en día solamente se utiliza el hogaril de la cabaña para hacer fuego y preparar la comida; para pasar la noche regresan a Mélida.
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