El canto

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Ha sido habitual que los pastores bien en soledad o en grupo entonaran cantos para llenar sus ratos de ocio.

En Navascués (N) no es raro ver en las puertas de las bordas, por la parte interior, letras, símbolos y cruces grabadas a punta de navaja. Aparecen también anotaciones escritas, generalmente a lápiz; muchas de ellas son ilegibles, pero en aquellas que se pueden leer se encuentran coplillas de rima fácil y de carácter jocoso pertenecientes al cancionero popular[1].

En nuestras encuestas se hace referencia a sesiones de versos repentizados, bertsoak, que se organizaban en muchas ocasiones con motivo de reuniones festivas (Abaltzisketa-G).

También ha llegado hasta nosotros la modalidad de una competición oral que antiguamente se establecía entre pastores en Zuberoa. Cuando un pastor veía a otro en la montaña le lanzaba desde lejos una coplilla, una composición corta generalmente muy viva y expresiva, que desafiaba al oyente a que le contestara, tras un sonsonete final en que gritaba xikito!

Según se cuenta, conforme los intercambios iban avanzando, se alcanzaba mayor crudeza en las coplas. Los participantes eran libres de decir cualquier cosa (incluso vulgaridades y alusiones personales soeces), pero la tradición marcaba que esto no podía ser motivo de enfado o disputa entre ambos. Sí existía siempre, sin embargo, el derecho a la réplica[2].


 
  1. Pablo SAGARDOY. Pastoreo en el municipio de Navascués (1950-1986). Pamplona, 1986, p. 86. Memoria de licenciatura. Inédita.
  2. Jean JAURÉGUIBERRY. «Chikitoka» in Gure Herria, XX (1930) pp. 268-270. Para conocer algunas muestras de estas coplas vide Jon MIRANDE; Txomin PEILLEN. Igela. Euskaldunon heterodoxoen errebista. Donostia, 1979, pp. 167-173.