Pastores de grandes rebaños
Cuando los rebaños no eran muy numerosos, los propios dueños se encargaban de los animales sin necesidad de recurrir a otros pastores. No ha sido frecuente que el propietario de un rebaño contrate un pastor para que cuide de su ganado. Las operaciones más importantes, tales como vender la lana, se las reservaba el dueño para sí. De hecho, la contratación de pastores se limita a ciertas zonas de Navarra y, más en concreto, a los lugares en los que han existido grandes rebaños trashumantes de ovino. En Roncal (N) se ha recogido el dato de que al rebaño entero se le llama «el ganado largo», que normalmente se solía partir en grupos, llamados atajos; también se hacían atajos con las corderas, las paridas, el vacivo (que lo componían las machorras, las malparidas...).
La escasa rentabilidad de las explotaciones, debido a los bajos precios de la carne y la lana, y, sobre todo, a partir de los años setenta, el alto coste que acarrea la contratación de personal son razones que explican la ausencia hoy día de pastores asalariados.