Introducción de las ordeñadoras

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Las primeras ordeñadoras eran eléctricas. Constaban de un motor que accionaba un émbolo que producía vacío, de una olla de unos quince litros de capacidad a la que llegaba la leche, de un material plástico transparente para saber cuándo se llenaba; de unas pezoneras o chuponeras que se acoplaban a los pezones, y unas conducciones de plástico que unían las pezoneras con la olla y el dispositivo que producía el vacío. Todo ello iba montado sobre un armazón con ruedas que permitía desplazarlo por la cuadra y colocar la ordeñadora a la altura de la vaca que se trataba de ordeñar. Su funcionamiento era muy sencillo; al crearse el vacío dentro de la chuponera se extraía la leche que iba a parar a la olla.

Previamente al ordeño se realizaba la limpieza de la ubre y el masaje para que apoyase y una vez finalizado se apuraba a mano extrayendo la poca leche que le quedaba ya que estas primeras máquinas no eran capaces de efectuarlo.

Ordeñadora mecánica. Urduliz (B), 2000. Fuente: Akaitze Kamiruaga (Mikel Martínez), Grupos Etniker Euskalerria.

El siguiente paso en esta evolución fue lo que se dio en llamar ordeño directo. En esta ocasión el motor que creaba el vacío se colocaba fijo, a menudo fuera de la cuadra para evitar el ruido que producía. Se instalaban una serie de conducciones por el techo que transmitían el vacío y la leche hasta un depósito. Las conducciones de las pezoneras se enchufaban a estas tuberías de tal modo que a través de una de ellas le llegaba la presión negativa y por otra se conducía la leche hasta el depósito. Con este sistema se ganó en comodidad y rapidez.

A medida que crecieron en tamaño las explotaciones ganaderas y las exigencias de calidad higiénica de la leche fueron más rigurosas, se comenzaron a levantar granjas que contaban con una instalación aneja llamada sala de ordeño. Ésta consiste en un recinto donde se efectúa el ordeño de varios animales simultáneamente. Suele estar revestido de materiales de construcción fáciles de limpiar. Las vacas entran por una puerta y quedan dispuestas de tal modo que la persona que las ordeña pueda acceder con facilidad a sus ubres. Una vez finalizado el ordeño quedan libres y abandonan el recinto por otra puerta. El encargado de colocar las pezoneras está situado en un foso de manera que no tiene que agacharse para efectuar las labores de limpieza y colocación de las pezoneras. En los últimos años estas salas han evolucionado considerablemente en cuanto a prestaciones.