Cencerros y badajos
Los materiales más usados en la fabricación de los cencerros han sido el latón, el cobre, el bronce y el hierro.
El uso de cencerros de latón se ha constatado en Ribera Alta, Treviño, Urkabustaiz, Valderejo (A); Anboto y Urkiola (Atxondo, Abadiano), Belatxikieta-Amorebieta, Abanto, Galdames, Muskiz, Zamudio, Zierbena (B); Elosua, Ezkio (G); Izal, Sangüesa (N).
Los de cobre se han utilizado en Moreda (A) donde se utiliza este material tanto para el cencerro como para la pedrera, refuerzo que se pone al cencerro allí donde siempre pega el badajo; en Belatxikieta-Amorebieta (B); Berastegi, Ezkio, Getaria (G); Izal y Mélida (N).
El cobre se ha utilizado sobre todo para dar un último baño a cencerros fabricados con otros materiales; esto se ha recogido en Bernedo, Valderejo (A); Abanto, Belatxikieta-Amorebieta, Galdames, Muskiz y Zierbena (B); Telleriarte (G), donde se bañaban en cobre derretido hasta conseguir el sonido que requería el comprador y en Améscoa (N).
El hierro se ha empleado en Bernedo, Valderejo (A); Abanto, Galdames, Muskiz, Urduliz, Zierbena (B); Astigarraga, Elgoibar (G); Améscoa y Sangüesa (N). En Zeanuri (B) y Ezkio (G) los cencerros son de una aleación de hierro y cobre.
En otras localidades como Valdegovía (A), Larraun, Sangüesa (N) se utiliza el bronce. A decir de los informantes de Larraun los cencerros fabricados con este material son los que ofrecen mejor sonido y son más bonitos. En Izal (N) se emplea el bronce para las campanillas.
Badajos. Los cencerros se adquieren en los comercios y más frecuentemente en ferias y mercados; luego cada pastor procura adaptar a su gusto el sonido que producen. Para ello a veces recurren a picar con un martillo el anillo de la boca del cencerro (Treviño) y más comúnmente consiguen esto cambiando el badajo que traen por otro confeccionado por ellos mismos. Ésta es una tarea artesanal a la que dedican gustosamente su tiempo libre. En la Vasconia húmeda emplean para ello preferentemente cuernos de cabras o astas de ganado mayor (vacas, bueyes o toros); en la Vasconia meridional recurren a determinado material de madera: boj, olivo, etc.
El badajo recibe el nombre de miña en Bizkaia, mingaiña en Gipuzkoa, miia en Larraun (N), mihi en Zuberoa y gare-mihi en Sara (L).
El material más utilizado ha sido una punta de cuerno. En Zeanuri (B) dicen: «miiña adarragaz beti» (el badajo siempre se hace con cuerno). Esta misma práctica se ha recogido en Bernedo, Moreda, Treviño, Sierra de Badaia, Urkabustaiz, Valdegovía (A); Anboto y Urkiola (Atxondo, Abadiano), Bernagoitia, Garai, Orozko (B); Ataun, Berastegi, Elosua, Elgoibar, Ezkio, Getaria, Telleriarte (G); Larraun (N); Sara (L) en los cencerros mayores; Liginaga (Z). En Ezkio anotan que desestiman los badajos de madera porque su sonido no es bueno. Los pastores de Orozko (B) sostienen que el sonido del cencerro provisto de badajo de cuerno, adarrezko miña, es muy superior en calidad.
En algunas localidades se especifica que el cuerno debe ser de cabra, tal y como se ha constatado en Anboto, Urkiola, Abanto, Galdames, Muskiz y Zierbena (B); o de ganado mayor como buey, toro o vaca (Bernagoitia, Garai, Sollube, Anboto-Olaeta-B; Urkabustaiz-A; Larraun, Lezaun-N).
También en Aralar-Larraun (N) el badajo, miia, solía ser de cuerno de vaca o de toro; pero hoy en día se emplea un material plástico que produce un sonido similar al que se obtiene con el material de cuerno.
En el área más meridional como Andia-Lezaun (N) los badajos eran de cuerno pero los había también hechos con madera de boj. Los pastores de Moreda (A) utilizan cuernos de cabra y más corrientemente madera de boj o de olivo para dotar de nuevos badajos a todo tipo de cencerro, zumba o esquila.
Han confeccionado badajos con madera dura en Bernedo, Ribera Alta, Urkabustaiz, Valdegovía (A); Abanto, Bernagoitia, Galdames, Garai, Muskiz, Zierbena (B); Allo, Mélida, San Martín de Unx (N). Se cita que ha de ser de boj en Bernedo, Treviño (A); Aoiz, Lezaun y Sangüesa (N); de madera de olivo en Moreda (A) y de corazón de encina en Treviño (A).
En menor medida también se han utilizado los metales, fundamentalmente el hierro. Así se ha recogido en Anboto y Urkiola (Atxondo, Abadiano), Abanto, Galdames, Muskiz, Zierbena (B); Astigarraga, Ataun y Oiartzun (G); en estas dos últimas poblaciones se especifica que el badajo de hierro se utiliza para los cencerros pequeños. En Elosua (G) se han servido del cobre para los badajos de las campanillas. En Berastegi (G) además de otros materiales también pueden ser de acero; en Ribera Alta (A), de latón.
Antaño se empleó el hueso, pero parece que su uso está en decadencia. Se ha constatado en Valderejo (A); Astigarraga (G); en San Martín de Unx (N) hueso de cabrito; en Zunharreta (Z) utilizaban un hueso hueco. En Liginaga (Z) los hacían con el hueso de la pata de una oveja. En Sara (L) también se utilizaron dientes de caballo para los cencerros de los corderos.
Para unir el badajo con el cencerro se han valido de distintos procedimientos: una correa de cuero (Bernedo-A; Larraun-N; Zunharreta-L); un anillo o un alambre (Moreda-A, Larraun-N).