Kaikua. Recipiente de ordeño

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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De todos los utensilios y recipientes pastoriles el más emblemático ha sido el kaiku.

Es una vasija de madera de una sola pieza, incluida el asa, especialmente diseñada para el ordeño de las ovejas (Arraioz, Ultzama-N; Ainhoa-L). Puede contener hasta 18 litros de leche, pero por lo general no rebasa los 10 ó 12 litros (Ainhoa) y más comúnmente tiene una capacidad de 4 ó 5 litros (Aranaz-N). Los de mayor tamaño se emplean para el ordeño de las ovejas y los más pequeños para la preparación y distribución de cuajadas, gaztanberak (Arraioz)[1].

Su forma es la de un cilindro oblicuo con un saliente en el dorso; este saliente provisto de un orificio rebasa el borde superior y se prolonga en el interior hasta el centro de la vasija. Esta prolongación, que está muy bien calculada, sirve de cómoda asa durante el ordeño.

Fabricando un kaiku. Navarra, 1990. Fuente: Vicente Sarobe, Grupos Etniker Euskalerria.

La superficie de la base es algo más reducida que el círculo de la boca; tiene el centro de gravedad asegurado y es muy manejable.

Este diseño se mantuvo también para la confección del kaiku de aluminio que en algunas localidades sustituyó al antiguo de madera de haya (Aria-N); es un cilindro ligeramente inclinado de 35 cm de diámetro con un asa tubular también de aluminio, que se prolonga hasta el centro de la boca del recipiente.

Nuestras encuestas han registrado el uso del kaiku para el ordeño de las ovejas en Gorbea-Zeanuri (B); Zuya (A); Urbia-Zerain, Aralar-Beasain, Ataun (G)[2]; Ezkurra[3], Eugi, Ultzama, Aranaz, Arraioz-Baztan, Aezkoa, AméscoaUrbasa, Aria (N); Ainhoa y Sara (L).

Los ejemplares de kaiku provenientes de las antiguas majadas y mostrados hoy en día en los museos etnográficos suelen tener su base interior calcinada. Este hecho se debe a las piedras rusientes con las que se hacía hervir en este recipiente la leche destinada a elaborar la cuajada, mamia, gatzatua, de consumo inmediato.

Para su fabricación se servían de un segmento de tronco por lo general de abedul, urkia; también se han empleado otras maderas como castaño, tilo o boj (Ultzama, Ataun).

Una vez seccionado el tronco del árbol en su justa medida se le quita la corteza y se aprisiona la pieza en una prensa rústica. Allí se marca con un compás la medida interior que ha de tener el recipiente. Con un taladro, taratuloa, se le hace un agujero profundo en el centro. A partir de este orificio se va desbastando la madera hasta vaciar el interior del tronco; luego se le da forma al mango, kiderra, y se alisan las superficies interiores con cristal y lija (Eugi). Para el acabado se le da una mano con una masilla hecha con agua y harina de maíz. Para que la madera se seque debidamente y no se agriete se coloca la pieza en lugar seco y resguardado. Este proceso de secado dura más de veinte días[4].

El kaiku acabado. Errazu (N), 1997. Fuente: Antxon Aguirre, Grupos Etniker Euskalerria.

Ph. Veyrin se refiere al kaiku con estas palabras: «... c’est sans nul doute à un passé très reculé qu’il sied de faire remonter l’usage et la fabrication de toute une série de récipients en bois servant aux manipulations du lait et à la confection des fromages. Le prototype en est le kaiku, vase à traire de grande dimension, taillé obliquement (poignée comprise) dans un seul segment de tronc d’arbre. Le fond en est toujours à demi calciné; on fait, en effet, bouillir le lait dans le kaiku même, en y plongeant des pierres d’ophite brûlantes. Or, il y a de multiples raisons de croire que ce procédé de chauffage indirect était déjà pratiqué au Paléolithique supérieur par l’homme des cavernes, qui savait faire cuire certains aliments (les coquillages en particulier), mais ignorait encore l’art de la poterie résistant au feu. Le kaiku et la manière de s’en servir constituent, peut-être, la plus antique des traditions basques»[5].

«Sin duda alguna pertenece a un pasado muy antiguo el uso y la fabricación de toda una serie de recipientes de madera que han servido al tratamiento de la leche y a la fabricación del queso. El prototipo de ellos es el kaiku, un recipiente de gran dimensión, tallado oblicuamente incluida el asa en un único segmento del tronco de un árbol. El fondo lo tiene siempre semi-calcinado. En efecto, se hace hervir la leche en el mismo kaiku sumergiendo en ella piedras rusientes de ofita. Pero hay múltiples razones para creer que este método de calentamiento indirecto se practicaba ya en el Paleolítico superior por el hombre de las cavernas, que sabía hacer cocer ciertos alimentos (las almejas en particular) pero ignoraba todavía el arte de la cerámica resistente al fuego. El kaiku y la manera de servirse de él constituye quizás la más antigua de las tradiciones vascas».


 
  1. Los datos referentes a esta localidad han sido tomados de Vidal PÉREZ DE VILLARREAL. «Arráyoz, un lugar del Baztán. Estudio etnográfico» in CEEN, XXII (1990) pp. 285-290.
  2. Los datos referentes a esta localidad han sido tomados de Juan de ARIN DORRONSORO. «Notas acerca del pastoreo tradicional de Ataun. II parte» in AEF, XVI (1956) pp. 79-80 y 90.
  3. Los datos referentes a esta localidad han sido tomados de José Miguel de BARANDIARAN. «Contribución al estudio etnográfico del pueblo de Ezkurra. Notas iniciales» in AEF, XXXV (1989) p. 55.
  4. Luis Pedro PEÑA SANTIAGO. Arte popular vasco. San Sebastián, 1976, p. 122.
  5. Philippe VEYRIN. Les basques de Labourd, de Soule et de Basse Navarre. Leur histoire et leurs traditions. [Paris], 1947, p. 299.