VIII. EL GANADO DE MONTE
Tradicionalmente se han criado animales que han permanecido estabulados de continuo o que a lo sumo han pastado en los alrededores del establo, principalmente el ganado de labor y el de leche. Otros ganados han aprovechado los pastos ubicados a media altura en la ladera de las montañas donde en muchas poblaciones se han levantado unas construcciones llamadas a veces bordas en las que se refugiaban cuando las condiciones climáticas eran adversas.
Estos últimos pastos se utilizaban principalmente durante el periodo primaveral, ya que los pastos altos aún no habían crecido a causa del clima, y al final del otoño, en que por el contrario se habían agotado. Cuando las condiciones eran las idóneas, ascendían hasta las montañas.
Este régimen de pastoreo no se repite en todo el territorio estudiado ya que experimenta modificaciones en función de la altura de las sierras y montes, de la vertiente en que se ubiquen, del régimen de tenencia de la tierra y de costumbres locales, dando lugar por todo ello a una cierta variedad de modelos.
Entre los animales que han aprovechado los pastos de altura destacan las ovejas. Por ello el siguiente capítulo se dedica exclusivamente a este ganado y al periodo de vida en la montaña.
En el presente capítulo se recogen someramente datos sobre estos animales y además sobre los restantes ganados que se han echado al monte, principalmente de qué animales se ha tratado y durante qué periodos de tiempo. Con posterioridad se analizará el régimen de vida del pastor.
Para remarcar las fechas de ascenso y descenso a los pastos de montaña muchos informantes recurren al santoral, es la forma que tienen para comunicarse sin tener que especificar día y mes. Se trata de una costumbre bastante extendida.
La información se presenta agrupada por te- rritorios y dentro de cada uno de ellos por áreas de montaña o proximidad geográfica. Los animales que se han soltado al monte son básicamente los mismos en toda el área estudiada. La principal diferencia estriba en la abundancia relativa de los mismos, tal y como se observó en el capítulo dedicado a la crianza de animales.